Raúl
Cisternas, un joven de 18 años, estudiante de 3° medio de turismo del Liceo
Politécnico de la comuna de Concón, resulta ser a primera vista un joven
educado, respetuoso y algo tímido. Timidez que desaparece en cada momento que
sus manos tocan las cuerdas de sus instrumentos.
La
historia del adolescente se une con la música desde muy pequeño, en base a 3
personajes fundamentales en su vida, su madre, su abuelo y la iglesia. La mamá
de Raúl desde que era muy niño le cantaba y contaba cuentos por las noches
cuando él se quedaba dormida, lo que despertó en él y según lo comenta un
interés por la música: “Escuchar a mi mama cada noche, desarrollo mi sentido de
escuchar y poner atención a cada sonido, como el de los pájaros y hasta el de
las hojas de los arboles, que resultan ser música para mis oídos”.
Además
de la imagen materna, influyo en su gusto y atracción por la música, una
desconocida figura de su abuelo. Desconocida porque él jamás lo llego a
conocer, pero de quien heredo según sus propias palabras y talento y afición
por la guitarra, primer instrumento que aprendió a tocar.
A
partir de los ocho años, Raúl se incorporo a la iglesia evangélica, comenzó a
ir consecutivamente a los misas y participar cada vez más frecuente del coro.
En ese lugar siguió creciendo su amor por la música, que lo llevaría años
después a perfeccionarse y estudiar otros instrumentos, siendo alguno de ellos
el charango: “Para algunos resulta extraño que un joven haya aprendido a tocar
ese estilo de instrumento, pero para mí me enorgullece porque es parte de las
raíces andino de nuestro país”.
Una
inesperada oportunidad y un camino con obstáculos
Como lo comentó el mismo Raúl su madre ha sido un apoyo e
inspiración para continuar en este complicado y también criticado, camino de la
música. Para su felicidad, su familia jamás le ha negado el dedicarse a la
música, todo lo contrario tanto su mamá y su papá lo han apoyado en cada etapa
de su trayectoria, llegando a esforzarse para cumplir con los sueños de su
hijo. Uno de ellos fue mediante el sacrificio de ambos padres, juntar el dinero
para que Raúl pudiera estudiar en el Conservatorio de la Universidad Católica
de Valparaíso. En este lugar pudo aprender y perfeccionar lo que para él
resulta ser su arte y a pesar de su modesta situación económica, el amor de sus
padres logró ser el sustento necesario para cumplir con anhelado deseo: “Jamás
pensé en llegar a un lugar tan maravilloso como ese y poder adquirir tanta
sabiduría. Más aún cuando gracias a mi esfuerzo logre obtener becas que
premiaban mi esfuerzo”.
No conforme con esto las aspiraciones de Raúl fueron
creciendo y gracias a sus estudios en el conservatorio se le fueron abriendo
puertas que él nunca imagino. Uno de ellos fue el Festival del Huaso de Olmué,
donde participo por medio de la oportunidad que le otorgó el director del grupo
folclórico conconino Mauco: “El Conservatorio me dio la posibilidad de tocar en
importantes escenarios como el Congreso, pero el más importante para mí fue el
del Festival de Olmue, fue una experiencia única y mágica cómo músico”.
Junto
con la emoción que resulto tras enfrentarse a un público de esas magnitudes,
sintió un sentimiento de satisfacción al ver los rostros de sus padres, quienes
le reflejaban amor y orgullo, de esa forma el se siente pagado. Retribuirles
mediante su arte, la música, todo el esfuerzo que han hecho sus padres por él,
es la comprensión de saber que sus convicciones lo están llevando por el camino
correcto.
El joven cercano a la música y a Dios por sobre todas las
cosas, reconoce que en muchas ocasiones el camino de la música que ha llevado
ha sido criticado. En la mayoría de las ocasiones se trata de reproches que ha
recibido de sus propios compañeros o jóvenes de su misma edad que lo rodean.
Reconoce que como en todos los contextos de la vida existen personas que sólo
ven el lado negativo de lo que cualquiera se puede desempeñar. Como hechos que
él puede percibir en su propio lugar de estudios, dice notar como los jóvenes
no se apasionan por nada. No estudian, no trabajan y se dedican a cosas que
sólo perjudican sus vidas: “Hay algunos que eligen como escape a sus vidas el
alcohol, la delincuencia y las drogas, en mi caso he elegido la música, como mi
único escape de mis problemas e inspiraciones, puedo decir que mi droga es la
música”.
Sus
gustos
Para
Raúl y según sus criterios, un músico si bien tiene por lógica sus gustos y
privilegios musicales, para él quien se dice llamar músico debe tener las
facultades de aprender y adquirir los conocimientos que lo lleven a saber tocar
cualquier instrumento y estilo musical. Entre sus gustos se encuentran músicos
de renombre internacional cómo, Steve Gander, The Beatles, Bob Dylan y Billy
Coban. Y continuando con su pensamiento que un músico debe ser transversal,
Raúl de todas formas tiene un enfoque más consolidado y en el cual se enfoca, el
blues, jazz, bossa nova y el funk.
Un
futuro provisorio
Si
bien y cómo él lo comenta, resulta poco lógico haber elegido en su especialidad
escolar, el área del turismo, pero cuando lo explica logra tener concordancia. Expresa
como en el liceo, la hicieron entender como que el turismo está ligado a la
realización de eventos mediante la creación de productoras. Es en ese punto
donde él personalmente ligo su arte con los estudios, ya que mediante la
producción de eventos es cómo piensa poder ir masificando su música e ir
abriendo los caminos para ser un músico consolidado en algún momento.
Entre
sus sueños a futuros se encuentros algunos que sobresalen entre los demás y
otros que porque no lo hacen soñar por las noches. Le gustaría antes que nada
llegar a ser un buen músico, teniendo todas las características que mencionó
durante la entrevista, un músico con conocimientos amplios y que logre vivir
tan sólo de su amor a éste arte.
Por
otra parte y como un sueño más concreto Raúl, tiene como meta el conformar un
grupo musical con su polola, también una joven dedicada a la música,
específicamente al canto y el cuál el admira: “Para mi ella es una inspiración,
su canto es hermoso y anda me gustaría más que masificar mi música, junto con
ella”.
Finalmente
este joven músico y soñador cuenta que entre sus sueños musicales está en algún
momento y si Dios se lo permite, tocar en las ruinas de Machu Picchu, inspirado
bajo sus conocimientos de música andina y la iluminación de los ancestros del
lugar.
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